Durante el periodo vacacional los niños disfrutan del verano y descansan después del trabajo llevado a cabo a lo largo de todo el año. Pero sin embargo: ¿Qué pasa con los niños que tienen necesidades educativas especiales y que se sienten seguros y se relajan a través de un aprendizaje guiado?
Por lo general, en función del nivel de desarrollo, los niños que presentan dificultades para integrar con autonomía sus percepciones y comprender las cosas que los rodean no saben que hacer con su tiempo libre, constituyendo este un motivo de estrés, aspecto reflejado a los padres por los terapéutas a la vuelta de las vacaciones. En muchos casos se olvidan aprendizajes y se desajusta la conducta, el proceso posterior implica retomar los aprendizajes adquiridos con anterioridad a lo largo de varios meses.
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